Emoción expresada
En la segunda mitad del siglo XX surge el concepto de Emoción Expresada(EE) para referirse al estilo de comunicación emocional prevalente dentro de una familia. Este constructo cobra relevancia en las relaciones familiares en las que existe un/a paciente identificado/a, portador/a de síntomas que pueden ir desde la depresión, ansiedad, trastorno bipolar, consumo de drogas, esquizofrenia…en donde las puntuaciones elevadas en alguna de sus variables se relacionan con una mayor probabilidad de recaídas y el mantenimiento de dichos problemas, es decir, como un estresor crónico para el/la paciente.
La EE puede medirse teniendo en cuenta las siguientes variables:
- Comentarios críticos (CC): comentarios críticos realizados por la familia acerca de la conducta de él/la paciente, una evaluación negativa de la conducta de él/la enfermx por parte del familiar, tanto en el contenido (desagrado y molestia) como en la entonación de lo dicho.
- Hostilidad (H): es un tipo más extremo de comentario crítico, que implica una evaluación negativa generalizada (hostilidad generalizada dirigida más hacia la persona que hacia la conducta) o un rechazo manifiesto de él/la paciente (hostilidad de rechazo)
- Sobreimplicación Emocional (SIE): refleja una respuesta emocional exagerada y desproporcionada del familiar. Intentos por parte del familiar de ejercer un control excesivo sobre la conducta de él/la paciente, hace referencia a la desesperanza, el autosacrificio, sobreprotección y manifestación emocional intensa.
- Desesperanza: tristeza, pesimismo negativo.
- Autosacrificio: coste emocional de la familia por la enfermedad.
- Sobreprotección: sentimientos de protección hacia el/la enfermx y la excesiva permisividad.
- Manifestaciones emocionales intensas: lloros, sollozos, etc…
- Comentarios Positivos: expresiones de valoración, aprobación, aprecio de él/la paciente o de su conducta.
- Calor: manifestaciones de empatía, afecto, comprensión e interés hacia el/la paciente.
Diversos estudios avalan esta relación entre la EE y los problemas psicológicos de un/a paciente Identificadx, algunos de esos estudios fueron:
- Emoción expresada y esquizofrenia:
Brown et al. (1972) realizan un estudio en el que describen por primera vez los componentes de la EE. Parten de la hipótesis de que la alta EE familiar puede causar recaídas en lxs esquizofrénicxs independientemente de otros factores como la duración de la enfermedad o la sintomatología. Los resultados mostraron que recayeron el 58% de lxs pacientes de familias calificadas con una alta EE, sobre todo en puntuaciones de CC, frente al 16% de los de baja EE. De estos, y de posteriores trabajos (Vaughn y Leff, Miklowitz…), se concluye que un ambiente familiar estresante aumenta el cuatro veces el riesgo de recaída en aquellxs pacientes esquizofrénicxs que vuelven a un ambiente familiar alto en EE, de modo que intervenciones familiares que persigan reducir dicho nivel, ayudarían a disminuir la tasa de recaídas y mejorar a él/la enfermx.
- Emoción expresada y Depresión:
A partir del trabajo de Vaughn y Leff (1976), este constructo (EE) se reveló como un predictor en la recaída de los/las pacientes depresivxs neuróticxs.
Estos autores descubrieron que la actitud emocional de los familiares medida con la Camberwell Family Interview (CFI), predecía la recaída a los 9 meses del alta de estxs pacientes, sobre todo, en aquellxs que puntuaban alto en comentarios críticos (CC).
Vaughn y Leff, destacaron también la importancia de desarrollar intervenciones terapéuticas familiares y concretamente de pareja, para bajar el nivel de EE y así reducir las recaídas, en los casos en los que existía un/a paciente identificado/a con depresión envuelto en una mala relación conyugal con altos comentarios críticos, demostrando que la disminución de dichos niveles, gracias a favorecer pautas transaccionales alternativas a los CC como la negociación constructiva en la relación de pareja, harían prever que no habría recaídas.
- Emoción expresada y Trastorno bipolar:
En el caso de este trastorno, de tipo crónico y recurrente, caracterizado por la alternancia de episodios hipomaníacos, maníacos o mixtos con episodios depresivos, se ha observado que su evolución va pareja al funcionamiento familiar, influyéndose mutuamente. Una alta EE, sobre todo en las variables de comentarios críticos, hostilidad y sobreimplicación emocional, se ha relacionado con un pronóstico más desfavorable. Los estudios realizados (David Miklowitz) sugieren que complementar el tratamiento farmacológico con una intervención psicoeducativa familiar favorecería la prevención de recaídas.
Todas estas cuestiones ponen de relieve la importancia de nuestro contexto relacional y su influencia como protector o potenciador en diferentes trastornos, quedando así también justificada la necesidad de realizar intervenciones familiares en problemáticas que anteriormente sólo incluían a él o la paciente identificado/a en el tratamiento terapéutico.
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